Elecciones en República Dominicana


*Por Jonathan Arriola.


Por tercera vez, el actual Presidente Leonel Fernández, triunfó en las urnas el pasado 16 de mayo. Conociendo la historia dominicana esto no es ninguna sorpresa ya que existen, en su pasado, varios antecedentes similares. En otros términos: la ciudadanía dominicana es un cuerpo electoral acostumbrado a los “mandatos prolongados”. Tales fueron los casos de Balaguer, de Bosch o el del mismo dictador Leónidas Trujillo que ocuparon, todos, largos períodos de gobierno al frente del Ejecutivo dominicano.

En ese sentido, República Dominicana, evidentemente, no cuenta con un historial verdaderamente democrático, sino que ha escrito su pasado entre democracias paternalistas, dictaduras, gobiernos títeres, elecciones dudosas e intervenciones extranjeras.

Trujillo, un dictador que, indudablemente, quedó en la memoria – (y en la literatura)- de los latinoamericanos por su personalidad brutal y hasta caricaturesca, despojó por mucho tiempo a los dominicanos de la real posibilidad de ejercer la democracia. Balaguer -(menos arbitrariamente pero con intervención estadounidense de por medio)- continuó el legado de Trujillo y, nuevamente, fue un personaje que ocupó un espacio de tiempo muy largo en la historia política dominicana.

En el marco de esta herencia política, el Presidente Leonel Fernández -(perteneciente al PLD, fundado por Juan Bosch)- tomará, por tercera vez, el mandato presidencial con el 53% de los votos, quedando en segundo lugar, su opositor, Miguel Vargas Maldonado (con el 41%) por el PRD.

Sin pretensión de hacer predicciones demasiado ambiciosas, resulta interesante mirar sus mandatos pasados, para intentar anticipar, aunque sea hipotéticamente, cuales serán las características más salientes de este nuevo gobierno. Los mandatos anteriores de Leonel Fernández fueron gobiernos acusados, nada más ni nada menos que de compra de opositores, corrupción, diversas inclinaciones autoritarias y hasta de limitar la tan necesaria libertad de prensa -(véase, entre otras casos, la renuncia de Miguel Franjul, el director de “Listín Diario”)-. A estos elementos, hay que señalar que la práctica del clientelismo, que siempre tuvo fuerte presencia en República Dominicana, pareció arreciar en los anteriores gobiernos de Fernández por lo que cabe pensar que ésta continuará presente en el futuro.

En este contexto sería aventurado decir que existió una competencia electoral verdaderamente igualitaria entre los partidos aspirantes al poder. Sería ingenuo pensar, que las elecciones no se vieron teñidas, influidas o empañadas por varios de los elementos anteriormente nombrados. Las elecciones, me atrevería a enunciar, fueron el resultado predecible de un país que muestra una cierta debilidad tanto de sus instituciones como de su cultura democrática. Ello parece tornar difícil las condiciones mínimas para la serena y necesaria aceptación de la competencia electoral como momento clave de un sistema político democrático.

Pero no es menos cierto que la República Dominicana es otro ejemplo vivo que demuestra que, el mejor procedimiento para la consolidación de una democracia es su misma puesta en práctica, más allá de las limitaciones que en determinado momento histórico éste pueda manifestar. Admirable característica la del régimen democrático que, más allá de su intrínseca debilidad, posee la capacidad de ser perfectible y, por lo tanto, la posibilidad de ser sometida al método de avanzar mediante el procedimiento de ensayo y error.

Es posible que la permanencia en el poder de Leonel Fernández exteriorice, de alguna manera, una debilidad de la tenue cultura democrática dominicana. Sin embargo no olvidemos que, en los últimos tiempos, la “moda de la reelección” se ha instalado en muchos países de América Latina. Sin ser ésta un pecado, ello no es bueno en un continente donde las tradiciones democráticas – (salvo en contados países)- son, en el fondo, recientes, frágiles y carentes de verdadero arraigo. Sólo resta esperar que la ciudadanía dominicana sea, en un futuro, seducida por una democracia más transparente y saludable.


* Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
Depto de Estudios Internacionales.
FACS - ORT Uruguay

Publicado en la Revista digital LETRAS INTERNACIONALES
Año 2 - Número 23 / Jueves 29 de mayo de 2008
Montevideo - Uruguay

Comentarios

Entradas populares